Una basílica como un castillo de hadas
Hay lugares que, con sólo mirarlos, nos provocan fuertes sugestiones y emociones. Uno de ellos es la Basílica Minore dell’Addolorata de Castelpetroso, municipio de la provincia de Isernia.
Encaramado en lo alto de la colina, con sus agujas de perfecto estilo neogótico, domina los alrededores como un antiguo castillo de cuento de hadas.
Y, sin embargo, es un lugar de extraordinaria importancia religiosa.
En efecto, en el mismo lugar donde se levanta la basílica, el 22 de marzo de 1888, la Virgen se apareció a dos pastoras, Bibiana y Serafina. A la primera aparición siguieron otras. Inmediatamente, por tanto, se inició el procedimiento para el reconocimiento de las apariciones, que tuvo lugar muy rápidamente.
El 28 de septiembre de 1890, sólo dos años y medio después de la primera aparición, comenzó la construcción de la Basílica con la colocación de la primera piedra. La construcción no concluyó hasta 1975.
El estilo es neogótico, con una construcción de siete capillas claramente visibles desde arriba. En el centro hay una cúpula de 54 metros de altura. Desde la iglesia parte la Vía Matris, un camino de 750 metros de longitud a lo largo del cual se representan los siete dolores marianos y que termina en el lugar preciso de las apariciones.
En su interior hay numerosas obras, todas ellas de artistas de Molise. Una de las más importantes es un mosaico que representa a San Martín. También hay cuadros del pintor Amedeo Trivisonno.
Este lugar, que enseguida se hizo querido por el pueblo de Molise y de gran importancia para la Iglesia, hizo que el Papa Pablo VI proclamara a María Santísima Nuestra Señora de Castelpetroso patrona de Molise el 6 de diciembre de 1973.