Belén viviente de Montenero di Bisaccia

Descubres

En las cuevas neolíticas un belén característico

La Navidad, con su aire de fiesta y felicidad, comunidad y familia, trae consigo tradiciones centenarias. Tal es el caso del belén, que, de la representación más simple ha evolucionado, en algunos países, a un belén viviente en toda regla.

Es el caso, por ejemplo, de Montenero di Bisaccia. El pueblo, situado en lo alto de una suave colina, disfruta del panorama desde las montañas de los Abruzos hasta el mar. Por si las vistas no fueran suficientes, se caracteriza por una peculiaridad, las cuevas neolíticas de arenisca.

La zona, de hecho, es rica en elementos naturales como barrancos (tanto que tiene un parque dedicado) y cuevas. Y es en ellas donde tiene lugar gran parte del belén viviente, que desde hace más de cuarenta años atrae a turistas y visitantes al pueblo durante las fiestas navideñas.

Utilizados desde la antigüedad, se prestan muy bien a la representación del nacimiento de Jesús, de los acontecimientos que tuvieron lugar y a la reconstrucción de antiguos talleres donde se pueden revivir tiempos pasados mientras se admira a hábiles artesanos, se es testigo de los distintos procesos del pasado y se degustan productos tradicionales.

Así es como una tarde de invierno se convierte en un paseo por la historia y la religión en un lugar característico y evocador.